Introducción
Comprar un coche sin carnet de segunda mano puede ser una oportunidad interesante para gastar menos. En algunos portales de compra-venta aparecen vehículos mucho más baratos que en concesionarios. Pero ojo: no todo lo que brilla es oro.
Los precios engañan: barato no siempre es bueno
Es común encontrar microcoches por la mitad del precio que marcan en una tienda oficial. ¿Por qué? Muchas veces son modelos de marcas que han cerrado, coches con varios dueños o unidades con un historial complicado.
La clave está en entender que las piezas son caras. Un fallo en los cojinetes de un puente inversor o en la caja de cambios puede costar más de 1.000 €. Algo tan simple como una polea puede rondar los 500 €.

Imagen: cojinete roto de un puente inversor en taller – Foto real de avería (propia)
Comprar a particular o en tienda: ¿qué conviene?
Comprar en una tienda oficial o en un concesionario de segunda mano aporta algo muy valioso: garantía. Con un particular, ese respaldo no existe.
Si el coche lo vende alguien cercano —un vecino, un familiar o un conductor mayor que apenas lo ha usado— el riesgo es menor. Pero si el vehículo ha pasado por varias manos de jóvenes de 16 años, lo más probable es que sufra más desgaste del esperado.
El cálculo real: ahorrar o perder
Aquí está la cuestión: si compras un coche por 2.000 €, cuando en el mercado ronda los 4.500 €, tienes un margen de 2.500 €.
- Si el coche sale bueno, habrás hecho un gran negocio.
- Si aparece una avería de 1.000 €, aún habrás pagado menos que en una tienda.
Eso sí, nunca hay garantía de que mañana no se rompa algo nuevo. Como con una moto usada: funciona hoy, pero puede fallar mañana.
Conclusión
Un coche sin carnet de segunda mano puede ser una gran compra o un dolor de cabeza. La diferencia está en revisar bien, valorar el historial del vehículo y, sobre todo, calcular si el ahorro compensa el riesgo.
Los precios engañan: barato no siempre es bueno

Imagen: motor aixam – Foto real de avería (propia)
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